
La comida la hemos hecho en un restaurante frente a la Redondilla que frecuentamos cuando vamos por allí y que, además, nos venía de camino para ir a la Cueva de Montesinos.
Llevábamos preparadas nuestras linternas así que hemos bajado hasta el final de la cueva y, aunque nos habían dicho que no había murciélagos, hemos conseguido ver, e incluso fotografiar, alguno de ellos.
El día habría sido perfecto si al descargar las fotografías al ordenador no se me hubieran dañado más de la mitad; cuando ha salido "archivos dañados" me ha dado mucha rabia pues siempre me gusta que quede constancia y algún recuerdo de todo lo que hacemos en familia. Menos mal que algunas se han salvado (las más bonitas de la ruta con peonías, paisajes, senderos ... se han perdido). ¡Ya tenemos excusa para ir otra vez!
¡Ah! En el plano de arriba está marcado de negro lo que hemos hecho hoy caminando. Y si queréis ver las pocas fotos que han quedado echad un vistazo al álbum Picasa.
