
Por las mañanas hacíamos pequeñas excursiones por la zona, Mojácar, Garrucha, Carboneras ... y por las tardes nos acercábamos hasta la playa a bañarnos un rato. En un principio parecía que el tiempo nos iba a fastidiar las minivacaciones pero cayeron dos gotas por las mañanas y el resto del día se quedaba una temperatura fabulosa.
Por las noches después de cenar los niños estaban tan cansados que, como muy tarde, a las once, ya estábamos descansando que en principio, es de lo que se trataba: descansar, pasear, disfrutar un poco de todo lo que las prisas del día a día no nos dejan y ... ¡qué pena que todo termine tan pronto! Por lo menos podemos estar agradecidos de haber disfrutado de este pequeño asueto a finales de mayo.
Os voy a dejar muy pocas fotos esta vez pues la puñetera cámara ha vuelto a fallar y se me han borrado literalmente, más de la mitad. Así que, como para muestra un botón, os dejo las que han sobrevivido y se pueden enseñar, si queréis verlas haced click aquí.
¡Ah! Por si os animáis, aquí os dejo la información del hotel.
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