Como cada año he ido a recoger un carrete de fotografías para participar en el concurso nacional que se celebra cada año para las fiestas de la vendimia. Ya lo tenía hacía varios días pero aún no había tenido la oportunidad de estrenarlo; como ayer la tarde no parecía muy calurosa cogimos las bicis y la réflex y partimos rumbo al pantano de la Cabezuela. Nada mas salir pensé que quizás no era buena idea pues mi hijo tiene su bicicleta en el taller y tuvo que coger la de cuando era un poco más pequeño y claro "que si esta bici no me gusta" "que si me queda pequeña" "cámbiamela por la tuya", total, que al final yo acabé pedaleando en una bicicleta talla 10 años y según mi marido me sobraban piernas por todos sitios. La verdad es que mereció la pena, no por las fotos que hiciese, sino por lo bien que se estaba; los 25 kilómetros se hicieron ligeros y a la vuelta incluso hacía fresco de más (ya había anochecido) por lo que los niños decidieron que ya habían salido bastante y que preferían quedarse en casa. Si el tiempo acompaña y los míos están en disposición, me gustaría volver a salir esta tarde réflex en mano; la verdad es que tengo claro que no voy a ganar pero el mero hecho de participar y ver expuestas 2 ó 3de mis fotos el día de la inauguración me hace sentir orgullosa.
Lamento no poder ilustrar gráficamente nuestro paseo pero así cada uno puede hacerse una idea de lo que fue nuestro paseíto. Ya os seguiré contando.
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