Esa pregunta me la hicieron ayer varios corredores amigos cuando me vieron con el dorsal al pecho. Todo el mundo me miraba con cara de "usted no es de aquí". Pues nada, que ayer tocaba correr y dejar la cámara aparcada que también se cansa una de hacer siempre lo mismo.
Después de una semana no muy buena en lo referente a la salud, el sábado decidí que me encontraba más o menos en condiciones de afrontar un 10.000, y como estábamos inscritos en la carrera popular de Daimiel, al final corrimos ¡mi primer carrera del circuito!.
El primer interrogante era qué atuendo elegir pues el tiempo varía mucho de un sitio a otro y mientras en Valdepeñas hacía sol cuando salimos, llegando a Daimiel había una niebla bastante calona y densa. Parece que acerté pues no me sobró ni me faltó nada. Había mucha gente en la salida pero no me puse casi nerviosa pues era tal mi falta de confianza, que del acojone que tenía, los nervios no pudieron salir (mejor así, digo yo).
Tuve la gran suerte de ir escoltada toda la carrera por Javier, que en todo momento me estuvo animando sin forzar y respetando mis ritmos. Eso sí, el muy malote no me dejó el GPS para que no pudiera ver a qué ritmo nos salía cada kilómetro y cuando éste pitaba me decía "bien, vas muy bien" pero no precisaba más. Estoy segura que si hubiese ido sola no hubiera bajado de los cincuenta minutos tal y como hemos hecho. ¡Mil gracias, campeón, por no importarte "renquear" (yo no corro, renqueo) conmigo! Cuando llegué a meta y vi la marca 00:49:18 no me lo podía creer, además de ahí hemos descontado los segundos que hemos perdido desde el pistoletazo hasta la alfombrilla de salida y nuestro GPS ha marcado quince segundos menos, es decir, un tiempo real de 00:49:04 (y yo que decía que era imposible bajar de los cincuenta minutos y menos con la semanita que he pasado). Todos los kilómetros salieron por debajo de cinco minutos, excepto el primero.
Creo que he elegido bien la carrera para debutar: un recorrido casi llano, mucha participación, buena bolsa del corredor ... y aunque no será la última, tampoco voy a estar en la línea de salida todos los días. Me conformo con poder seguir entrenando, que no es poco.
Gracias a todos los que me habéis acompañado, animado, felicitado, a los que os habéis quedado con Lucía para que nosotros pudiésemos correr, en definitiva, a los que habéis hecho que este sea un día para recordar.
Eso sí, hoy no hay fotos, así que, en otra ocasión será.