Aprovechando la buena mañana que hacía hoy, hemos salido a dar una vuelta con las bicis, además como mi hijo no tenía ganas de acompañarnos (¡Peligro, adolescente!) he cogido prestada su bicicleta y no veáis qué diferencia:para no dejar atrás a Javier, que hacía de porteador de la niña, tenía que estar frenando contínuamente y como hemos elegido un itinerario sencillo no he tenido ni que cambiar de piñón. Pues en esas estábamos cuando en mitad del camino hemos divisado un rebaño de ovejas; hemos reducido la marcha pero cuando hemos llegado a ellas aún no habían terminado de cruzar y claro, nos hemos detenido para alegría de Lucía. Cuando el pastor nos ha visto, ha empezado a hablar-vocear a los animales en un idioma desconocido para mí, quizás rumano o polaco, pero se ve que no para las ovejas que han acelerado el paso y han cruzado en un segundo. Lógicamente, no creo que el pastor se haya traído las ovejas de su país ni que éstas hayan aprendido rumano así pues imagino que lo que realmente importa es el tono en el cual hablamos (esta es la primera conclusión). Conclusión nº2: Actualmente el queso manchego se fabrica con leche de ovejas políglotas. Conclusión nº 3: Si no fuera por estas personas a las que no les importa pasar todo el día fuera de casa aguantando a la intemperie frío, lluvia, calor ... me parece a mi que nos quedaríamos sin tan sabroso manjar.
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