sábado, 27 de febrero de 2010

¡Por fin vemos el sol!

Como ayer las noticias indicaban que hoy al mediodía se fastidiaría otra vez el tiempo, hemos aprovechado la mañana para salir a dar una vuelta por el campo. Javier ha sugerido que podíamos dar un paseo en bicicleta, pero yo llevo toda la semana con un dolor de espalda bastante fuerte (tengo una hernia y cuando la "jorobá" dice de molestar me deja por los suelos, tanto física como anímicamente) y no he querido arriesgarme más de la cuenta, porque conociendo a este hombre seguro que me hubiera dejado para el arrastre.
Nos hemos acercado con el coche hasta la cañada del Peral a su paso por las Aguas y da mucha alegría ver tanta agua, además, como había 20º de temperatura se disfrutaba el doble: primero por lo inhabitual del paisaje y segundo porque ¡se estaba tan a gusto sintiendo como calentaba el sol! Después, hemos llegado hasta el Peral para tomar unas fotos y me ha extrañado que, con la mañana tan buena que hacía, no hubiera casi nadie. Y como parece ser que los meteorólogos no se equivocan, ahora son las 15:50 y sopla un aire de narices, calentito, eso sí ... bueno, os dejo, que voy a preparar una lavadora con las zapatillas y la ropa de esta mañana pues, sobre todo los niños, se han puesto de barro hasta un poquito más arriba de las rodillas. ¡Ah! Mi hijo Javier, viendo el aire que se ha levantado, está inventando un paracaídas que pretende soltar desde la azotea; yo le he propuesto que ponga de piloto al hamster, pero me parece que no le convence la idea. Ya os contaré.

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