miércoles, 8 de agosto de 2012

Sin parar de movernos

Parece que este verano nos lo hemos planteado bien y, mientras a los chicos los tenemos disfrutando en campus deportivos de diez a dos, nosotros nos apañamos a las mil maravillas.

Como la cuestión es hacer algo y además adaptarlo a las circunstancias temperatura exterior, cansancio, sueño, preparación de pruebas ... dejamos para el último minuto la decisión de qué hacer. Unos días salimos en bicicleta los dos a buen ritmo, otros calentamos en el gimnasio y luego uno nada y otro corre, otros días Javier corre y yo voy de apoyo logístico con la bici, patinaje (bueno, intento de patinaje) ... aburrirnos no nos aburrimos y más barato, imposible.

Lo de la natación era algo que tenía pendiente pues siempre he nadado a estilo libre (cuando digo libre es a estilo propio tipo perrito, sirenita ... ya me entendéis, no me ahogo pero tampoco para darme una medalla) y, como ya no tenía la excusa de los niños, no he tenido mas remedio que apuntarme a un cursillo; hoy era la tercera sesión y cada vez estoy más contenta pese a que me he bebido media piscina por las narices; espero aprender pronto a respirar o esto me cuesta a mi la salud intestinal.

Cambiando de tema: Finalmente Javier ha decidido no tomar parte en la I Triatlón de Cózar puesto que el día 15, miércoles, va a participar en la carrera de Fuente el Fresno y, competir dos veces en cuatro días en pleno mes de agosto, es duro además, la natación sigue siendo su caballo de batalla ¡Menuda pareja: yo que no respiro y él que se hunde! Por lo menos lo intentamos, que no es poco (espero que no nos quedemos en el intento).

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