Llevo algunos días bastante atareada y todavía no había tenido tiempo ni de descargar las fotos del paseíto que hicimos el lunes por la tarde 12 de octubre. Era fiesta y como Javier había competido el domingo (y entrenado por la mañana), tampoco era plan de ponerse a hacer kilómetros por lo que decidimos dar una vuelta corta para disfrutar de la buena temperatura que hacía. Cogimos los coches y nos dirigimos hasta las Bodegas Real, donde los dejamos aparcados y, una vez allí estuvimos caminando hasta llegar al pantano de la Jarosa. Como a los chicos les encanta tirar piedras al agua estuvimos sentados en la orilla un buen rato y además, Javier se encontró un pato de plástico a tamaño natural (digo yo que sería un reclamo) que hizo las delicias de todos, que estuvimos un buen rato afinando puntería. No sé cuánto anduvimos entre la ida y la vuelta pero no creo que fueran más de 5 km; lo suficiente para estirar las piernas y cargar las pilas antes de ir a trabajar otra vez. ¿Os habéis fijado en el pato de la foto de la parte superior? ¿A que da el pego? Pues os aseguro que era artificial, aunque de lejos no lo parezca.
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