Aunque hay mucho que contar del fin de semana, se me ha ocurrido que quizás debería dedicar esta entrada a un problema que me preocupa últimamente. ¿Recordáis que el año pasado por estas fechas os comentaba que nuestros gusanos de seda habían muerto casi todos envenados? Pues bien, al final conseguimos que tres de ellos nos dieran descendencia y teníamos guardada una caja de zapatos con los huevos. Yo confiaba en que a Lucía se le olvidarían los dichosos huevos, pero hace poco más de un mes cogió la caja y se la llevó al cole. Claro, con el calor que hace en las aulas los huevos comenzaron a eclosionar y ahora nos encontramos con otro problema: ¡Aún no han salido las hojas a las moreras!Como vamos a estar diez días sin clase, Lucía se ha vuelto a traer la caja a casa y aquí estamos nosotros criándolos a base de lechuga pues no hay otra cosa. No sé si esto funcionará pues siempre he oído que los gusanos de seda sólo comen morera, pero de momento, estos no se han muerto; crecer, lo que se dice crecer, no han crecido mucho pero cada vez hay más y yo no sé qué hacer. Si alguien tiene un árbol de morera o sabe dónde hay alguno que ya haya echado brotes que no dude en decírmelo pues ya hemos dado más vueltas que Willy Fog y la búsqueda ha sido infructuosa. Se admiten sugerencias.










