viernes, 12 de noviembre de 2010

Níscalos

No hay nada más entretenido y fructífero en otoño que ir al monte a buscar níscalos pero este año aún no hemos tenido la oportunidad de salir a buscarlos; esta semana hemos tenido suerte que nos han regalado un buen montón y ya los hemos probado, aunque claro, los más divertido es encontralos personalmente.
Nosotros solemos hacerlo los domingos después de comer; nos desplazamos hasta un pinar cercano a San Lorenzo de Calatrava (padres, niños y abuelos) y al tiempo que damos un paseíto vamos buscando el suculento manjar. ¡Qué alegría cuando al mover las agujas de los pinos aparecen dos o tres piezas! Es casi mejor que ir a por espárragos.
Yo no entiendo nada de setas, sólo reconozco los níscalos y por esa razón es la única que me atrevo a coger. Para los que no los conocéis os diré que son un tipo de setas muy apreciadas en el norte de España y Cataluña (allí se denominan rovellons) aunque aquí mucha gente considera que tienen una carne poco fina y no es de las más buscadas.
Son muy bajos en calorías y tienen gran cantidad de vitamina B5, ideal para bajar el colesterol. Lo que no nos debe extrañar es si después de comer esta seta nuestra orina es de color anaranjado pues ocurre siempre tras ingerirlos debido a un pigmento que contienen y que se elimina por vía renal.
Hay muchas formas de cocinarlos, yo los he hecho con un poco de ajo, perejil, sal, aceite y vino, aunque aquí cada uno puedo hacerlo a su gusto.
Recordad: No olvidéis nunca que siempre, cuando se vaya en busca de setas, hongos, níscalos, etc, debe de llevarse una cesta, con huecos en el fondo y los lados para permitir el paso de las esporas.
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