lunes, 15 de diciembre de 2014

10 kms en Daimiel




No sabía qué hacer con respecto a participar o no en los diez kilómetros de Daimiel, pero como el año pasado fue mi primera carrera y se me dio muy bien, tenía el gusanillo de repetir. Así que, tras dos semanas de entrenamientos casi nulos debido a un constipado de esos morrocotudos que no se va si no es con antibiótico, que por cierto, te deja el cuerpo de aquella manera, decidí inscribirme aún a sabiendas de que no estaba en mi mejor momento. 

Llegaba allí con la idea de correr a un ritmo cómodo, independientemente de la marca, pero nada más bajarme del coche noté los primeros síntomas de lo que comúnmente llamamos "acojonamiento". Mira que Javier me decía que no pasaba nada, que lo podía hacer ... pero como yo no tenía esa confianza, dijera lo que dijese, me daba igual.

Nos pusimos a calentar y las náuseas no se iban ni de una manera ni de otra, por el contrario, cada vez peor y encima, consciente de que no podía hacer nada si no tranquilizarme. Pistoletazo de salida y empezar a sufrir fue todo uno: ¡con lo bien que podía yo estar con mi cámara de fotos mirando y animando, o haciendo de auditora montada en el coche¡ y estaba allí rodeada de cientos de corredores corre que es tarde.  

En el kilómetro uno veo que me adelantan unas chicas con tutú, luego otra con un cipotón en la cabeza ... ¡la madre que la parió, cómo podría correr con eso ahí encima! y no, alucinaciones no eran. Como empecé a pensar en retirarme los kilómetros se me hicieron eternos, y gracias a que Javier me animaba diciendo que íbamos genial.

Al final, aguanté como pude y entré a meta con un tiempo de 00:51:22, en la posición 912 de casi 1.400 corredores a un ritmo medio de 00:05:09. No está mal, pero si lo comparo con la edición pasada me he dejado más de dos minutos por el camino. Está claro que no he empezado bien en la categoría veterana C. De todas formas, estoy satisfecha ya que lo hice lo que mejor que pude aunque el resultado no sea del todo satisfactorio para mí. 




Pese a todo pasamos una mañana buena: no nos llovió, un ambiente muy bueno, gente conocida por todos sitios, nuestra hija disfrutando de nuestra afición mientras nosotros corríamos ... en fin, que no me arrepiento de haber participado; y lo mejor de todo, es que hoy me he levantado como nueva: unas ligeras agujetas en los gemelos pero está claro que es por no estirar tras el palizón.

Y a falta de mis fotos os dejo un enlace con las de mi cuñado. Hay un buen montón de ellas. También la clasificación por si le queréis echar un ojo.



¡A seguir entrenando!



3 comentarios:

Victoria dijo...

Terminar la carrera ya es un logro enorme. Sigue así, como siempre, haciendo de todo un poco y viviendo el atletismo desde todas las perspectivas posibles. Sois geniales!

JOAQUIN LOZANO dijo...

Bueno Ana, lo primero darte la enhorabuena, y lo segundo decirte que es bonito a la vez que raro ver como narras tu participación en esta carrera, pues nos tienes acostumbrados a ser narradora de las carreras de Javier, me ha gustado la verdad, así pues FELICIDADES A LA PAREJA

Ana Estrada dijo...

Gracias a ambos. La verdad es que disfruto de cualquier manera pero creo que lo que más me gusta es hacer fotos mientras mi chico corre. En cualquier caso, como dice Victoria, hay que vivir esta faceta nuestra desde todas las perspectivas y así, incluso se disfruta más y mejor. Un abrazo.