martes, 25 de mayo de 2010

El hombre propone ...

y los hijos disponen. El domingo pasado, teníamos en mente hacer varias cosas pero que si esto, que si aquello ... que al final todo quedó en un paseo campestre por la tarde.
Queríamos ir los cuatro, pero el niño mayor tenía que estudiar; también queríamos ir en bicicleta, pero la pequeña prefería caminar ... vamos, que no acertábamos una. Llegamos a un acuerdo: nos iríamos al Peral con el coche y, una vez allí, haríamos una ruta de poco menos de 4 km hasta las Aguas.
La cuestión es que al salir de casa brillaba el sol pero había nubarrones que no presagiaban nada bueno, y como tenemos la negra, no llevábamos caminando ni 10 minutos cuando comenzó a chispear; claro, tuvimos que aligerar el paso pues si se ponía a llover con fuerza no teníamos dónde cobijarnos. Al llegar de vuelta al Peral nos encontramos que había unos burritos y unos que caballos que hicieron las delicias de Lucía, la cual pudo incluso darse un paseíto por los alrededores. La verdad es que pasamos una tarde estupenda e hicimos unas fotos muy bonitas, aprovechando que ahora el campo está en todo su esplendor.

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